Pasada la fecha de la Navidad, sigue en importancia para todo el país la del 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. En este día era costumbre generalizada la de engañar a los amigos y hasta personas desconocidas, por las calles, con el llamado "juego de inocentes". Esto dejó de practicarse casi por completo hoy día, pero se mantienen en cambio ciertas celebraciones llamadas de locos, inocentes y locainas, y aún Zaragozas, esto último en algunos pueblos del estado Lara.
Variados aspectos, según las regiones, tiene en el país la celebración de los Santos Inocentes, pues mientras que en algunos lugares se limitan a recorrer los campos y poblados pequeños conjuntos de músicos, acompañados a veces por hombres que se disfrazan de mamarrachos, hay sitios como en Canoabo, estado Carabobo, en donde se muestra un incipiente teatro popular en el personaje de la mujer que realiza un monólogo, pidiendo plata para su hijo, el cual dice, está enfermo o muerto, todo ello en medio de chistes, actitudes cómicas y pasos de baile.
En la celebración del 28 de diciembre, la música en la mayoría de los casos es la que saben los músicos del lugar, pues no hay nada especial. Las únicas excepciones que se conocen son las de Caicara de Maturín, en donde había música especial para acompañar el "baile del mono", como llamaban al festejo del Día de los Santos Inocentes.
Es interesante mencionar las locainas que se celebran en Aguia Blanca, estado portuguesa. Se trata en este caso de un importante festejo folclórico en el que durante todo el día 28 de diciembre, ese pueblo se entrega a la celebración del juego de la locaina.
Al juego de la locaina acuden desde diversos lugares conjuntos de músicos y dignatarios del festejo, los cuales se distinguen por sus aditamentos especiales como sombreros adornados, bandas pectorales, machetes de madera, y así, en conjunto, desplegando banderas, llegan al pueblo para participar en la fiesta, que se compone de misa, procesión y bailes en las casas.
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