Radio

Radio

Faltan



domingo, 10 de octubre de 2010

LA NAVIDAD, FIESTA MILENARIA

Hace 2002 años sucedió un acontecimiento que aún se celebra en todo el mundo: nació un Niñito.  Un Niñito que nació muy pobre y que ha seguido re-naciendo por el arte de la magia de nuestra inocencia.  En todo el orbe,  cuando alguien cumple años de nacido se celebra en alguna forma.  El nacimiento de ese Niño que este año cumplirá 2002 años,  es celebrado en todo el mundo entero por todos los que nos llamamos cristianos.

En cada cumpleaños de Cristo-Jesús,  todos nos renovamos un poco;  todos,  de una manera milagrosa,  deponemos rencillas,  rencores,  hacemos votos por una mejor vida espiritual.  Se refresca el bouquet de la amistad,  se enmiendan los asuntos cotidianos y se relegan al olvido los ingratos momentos,  sacudiendo el polvo de la monotonía y la indiferencia.

El Niño Jesús y su mensajero particular,  San Nicolás,  han sido generadores de las sonrisas y caras satisfechas de muchos niños que les escriben sus cartas,  empezando siempre con la consabida frase: "Como he sido un niño muy bueno,  quiero que me traigas..."   Y,  como todos los niños son buenos a los ojos de Dios,  siempre les ha traído algo.

En las navidades venezolanas,  en cada región se celebra la misa de intención pero con variantes en cuanto a la forma de festejarlas.  Desde que en 1223 el mínimo y dulce San Francisco de Asís comenzó a representar en forma física el ambiente del nacimiento de Jesús,  se difundió la costumbre,  poco a poco,  por el mundo entero.

Llámese Belén,  pesebre,  nacimiento o portal;   sea hecho con la sencillez de la presentación del simple recinto y las figuras de Jesús,  María y José con su consabida compañía de la mula y el buey,  hasta los más sofisticados y electrónicos,  donde las aguas de los ríos circulan "de veras" y los ángeles baten rítmicamente las alas y las luces imitan la salida y la puesta del sol.  En todas partes se hace una representación de este Nacimiento tan especial.

El pesebre o nacimiento,  pues,  es el eco-protagonista de la festividad navideña.  El personaje principal,  por supuesto,  es el Niño con su familia y los indispensables mula y buey;  pero la imaginación,  tanto para la distribución de las figuras como para el material que se emplea en su confección es, como todo lo del pueblo venezolano,  muy versátil y chispeante:  desde el yeso y la cerámica,  pasando por la madera y el barro;  hasta las hojas de hallaquitas y las conchas de caracoles,  nada se desdeña en este caso.

En Mérida,  por ejemplo,  se hacen los pastores y ovejas de una madera muy blanda,  blanquísima y liviana llamada anime y van trajeados,  por supuesto,  con los indispensables ponchos que los lugareños usan en sus diarias tareas.  En el Táchira,  los muñecos se han hecho siempre de barro,  pintados con brillantes colores.

En los ritos de esta Fiesta Milenaria que es la Navidad,  habrá quien mesa a Jesús en un chinchorro llanero;  habrá quien lo coloque en curiara indígena;  otro,  lo pondrá enmarcado por redes de pescadores...pero siempre estará amorosamente rodeado del tierno cuidado que brota de los corazones hacia ese Niño.  Todos los comercios y oficinas del país exhiben y hasta ofrecen premios por los nacimientos más originales.

Por enculturación,  en estos últimos años ha dado colorido y vivacidad a esta fausta época,  el arbolito,  con sus bombas y "lágrimas" multicolores,  con sus luces parpadeantes y su brillante estrella y,  al estar Venezuela en el balcón suramericano,  la "Cruz del Ávila" de Caracas sirve de anunciadora del mensaje que Cristo vino a dar al mundo.

En los pueblos de oriente la música de "El pájaro guarandol",  "El Sebucán" y  "El Chiriguare",  tan autóctonos,  se unen a los cánticos propios de la fecha y la gente va de casa en casa pidiendo un aguinaldo. En Margarita el Polo y el galerón se afinan en las mandolinas.  En los llanos centrales,  los tambores,  las maracas,  los pitos y furrucos,  sirven de fondo a los alegres sones.

En Aragua,  un grupo de 19pastores,  4 músicos y uno que funge de jefe,  llevando una vara muy larga,  recorre las calles cantando y bailando,  mientras que en el Zulia,  la charrasca, el cuatro,  la tambora y el furruco ondean en el viento una gaita jacarandosa,  cuyas notas se entremezclan en las palmeras y rumoran sobre el lago.

Pero la forma verdaderamente apropiada para esa demostración de fe es participando en las eucaristías  que del 16 al 24 de diciembre,  se celebran en todas las iglesias venezolanas.  Son las llamadas misas de aguinaldos.  Todo el pueblo canta:  por tristeza,  por dolor,  por nostalgia,  por patriotismo,  por soledad,  por alegría o por simple placer,  pero el canto mas sentido es el que se emite por amor.  Y el amor a ese Niño Jesús festejado,  se traduce en los cantos donde se ensalza y alaba,  se le pide,  se le dan gracias y se difunde su obra y el motivo de su venida;  y ese canto es el aguinaldo.

Según la región venezolana donde se origina,  los cantos no siempre se llaman aguinaldos y se han coloreado y enriquecido con la chispeante gracia del nativo.  Las gaitas zulianas,  el polo oriental y las parrandas centrales,  son variantes representativas de nuestro folclore,  de nuestro acervo histórico y cultural,  del carácter e idiosincrasia de los diferentes habitantes de nuestro amado terruño.

Este año,  les invitamos a que hagamos un recuento de nuestros logros de buena relación familiar.  En una fiesta de cumpleaños nadie puede estar triste ni enfadado.  Padres,  hijos,  hermanos, amigos;  niños,  jóvenes,  adultos,  ancianos,  gente de todas las razas y credos,  de todas las ideologías y profesiones,  han de darse un fuerte abrazo,  con una amplia sonrisa y esto es más que suficiente para que haya paz.  Y donde hay paz, hay amor,  y no es menester otro regalo.

El Niño Jesús no necesitó más que amor para,  a través de los siglos,  seguir predicando y dando amor sin pedir nada más que amor.  Y a él pedimos aquí,  como aguinaldo,  que desde su cuna derrame,  a porfía, en todos los corazones la paz y la alegría....¡Así Sea.!

No hay comentarios:

Publicar un comentario