La Navidad es época de oración y de hermosas canciones, de luces de colores que alumbran nuestras fantasías infantiles, que dan fuerza a los sueños juveniles y que reconforta de felices añoranzas el pensamiento del adulto.
La Navidad es época de reunión familiar, de reencuentro con amigos, de nerviosas carreras en busca de regalos, de sabrosas cenas con platos adobados con el exquisito sabor del amor fraternal.
La cercanía de diciembre significa el mes de los aguinaldos, de la natividad del señor, de los Santos Inocentes, de la quema del año viejo, de la alegre renovación de sueños y la esperanzadora bienvenida a mejores logros.
Tal vez el sentido de la navidad haya cambiado para muchos de nosotros. De niños, significaba la llegada del Niño Jesús con su cargamento de bellos regalos y bendiciones. De adultos, la época de una paz renovadora de fe y buenaventura.
La fiesta navideña es una fiesta de todos. Es una oportunidad de volver la vista al pasado, para celebrar en el presente la tradición que nos habla de la luz que dio brillo de amor a la vida de los hombres de buena voluntad.
Navidad, recogimiento en la oración que nos enseñó quien vino a nosotros hace 2002 años. Navidad, sentimientos de bondad sembrados en el corazón de los mortales, para recordar en esta celebración la más hermosa canción de amor.
La Navidad es una época de continuidad, una época de lo antiguo y lo nuevo. Es una época para honrar las bellas memorias de navidades pasadas y elaborar recuerdos nuevos.
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