LA MESA NAVIDEÑA EN VENEZUELA

Con muy ligeras variantes,  según las diversas regiones,  la mesa navideña de los venezolanos suele ser abundante,  liderizada por la criollísima hallaca y complementada con otros bocados como el pernil de cochino horneado,  adobado y recubierto con clavitos de especies,  pan de jamón,  dulce de lechoza y cabello de ángel,  así como complementada con bebidas caseras como la leche burra y un sabroso vino de mesa.

No ha existido,  no existe,  ni existirá nunca dentro de la extraordinaria gama de los platos criollos,  ninguno capaz de superar la predilección del venezolano por la hallaca.  Como medio de deducir cuanto ha significado y significa este manjar en nuestro país,  estaremos señalando a lo largo del programa citas relacionadas con el sabroso plato,  que se remontan a la más antigua historia nacional.

Se dice que en 1870,  el misionero italiano Padre Guilli,  sucesor del famoso padre Gumilla,  quien vivió con los indios del Orinoco por 18 años,  publicó en Roma un "Tratado de Historia de Americana",  con una rica información etnográfica y lingüística de Venezuela,  donde habló de un "panecillo oblongo de harina de maíz que se acostumbra hervir envuelto en hojas".

En otra cita de la historia de la hallaca,  a fines de 1852 llegó a Cumaná el Consejero Lisboa,  quien impresionado por la celebración navideña de la región,  nos legó este testimonio: "En la Nochebuena,  grandes grupos de enmascarados recorren las calles cantando aguinaldos;  luego,  entran todos a la iglesia a oír misa y después sigue la cena,  en la que es de rigor que figure la hallaca,  especie de pastel de carne con pasas,  muy caliente y cubierto de pasta de maíz".

Y siguiendo este interesante viaje cronológico de la hallaca,  registramos que en 1883,  Nicolás Bolet Peraza al trazar su insuperable pintura literaria de "El Mercado de Caracas",  escribió:  "Enseguida tomaban puesto las populares hacedoras de arepas de chicharrón y allí mismo,  como naturales vecinas,  estaban las imponderables hallacas"

"A las hallacas – continúa Bolet Peraza -   que les dicen tamales en otras regiones de América, son una especie de paquetico envuelto en hojas de plátano,  dentro del cual se guarda,  cobijado por deliciosa masa,  el guiso sin par,  sabrosísimo manjar que no conocieron ni probaron los dioses del Olim`po,  por lo que pudieron continuar siendo inmortales."