Radio

Radio

Faltan



sábado, 2 de octubre de 2010

Historia del Pesebre

¿Desde cuando y en qué forma  celebra el mundo el nacimiento de Jesús?  Según numerosos testimonios históricos,  se sabe que desde los días de Adriano,  el  Imperio Romano hizo considerables esfuerzos por borrar de la mente del pueblo el recuerdo de la gruta  donde nació Jesús,  llegando su empeño pagano hasta adorar en el sagrado lugar a dioses mitológicos.

La intención imperial no logró su finalidad y,  por el contrario,  terminó por hacer revivir, cada vez con mayor calor,  la memoria del sitio en que nació Cristo,  el cual no es otro que la gruta o  cueva venerada en el presente en la cripta de la Basílica Constantiniana de Belén,  cuya construcción por iniciativa de Santa Elena tuvo lugar en el siglo IV,  a partir de cuyo momento la celebración del Nacimiento de Jesús se generalizó  en todo el mundo cristiano.

Hoy día,  toda la humanidad celebra el 24 de diciembre el advenimiento de Jesús,  pero lo cierto que esta conmemoración alcanza su mayor grado de esplendor en  Belén,  lugar en el cual,  conforme a la tradición,  estuvo el pesebre en que nació Cristo.



En Belén, que significa “Ciudad del Pan”,  desde las primeras horas del día 24 de diciembre de cada año,  millares de peregrinos se acercan pausadamente a la Basílica de la Natividad,  administrada por monjes greco – católicos,  la cual contiene en una gruta la “Estrella de Belén”,  indicadora del lugar donde habría estado el pesebre original.   Es costumbre de los peregrinos poner dinero,  ruegos y cartas en el interior de dicha estrella,  ricamente elaborada en oro.

Allí,  donde nació el Niño Jesús,  en la noche,  antes de la misa conmemorativa,  tiene lugar un espectáculo fastuoso,  en el cual participan grupos corales de todo el mundo,  tras lo cual se procede al oficio religioso a cargo del Patriarca Latino de Jerusalén.  Entonces,  siempre bajo una llovizna invernal y comiendo castañas calentadas en hornillos de carbón,  grupos humanos de las más variadas latitudes del planeta asisten emocionados a la conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios.

Todos y cada uno de los pueblos del mundo cristiano han conformado su manera particular de celebrar este gran acontecimiento,  y esta feliz circunstancia ha dado lugar al surgimiento de expresiones de extraordinaria y variada hermosura,  de acuerdo a las  costumbres y tradiciones de cada pueblo cristiano que ya les contaremos en este programa.

La conmemoración del nacimiento de Jesús, ya lo hemos comentado,  es muy variado y hermoso.  Tenemos, así,  por ejemplo, las famosas pastorales de España,  ingenuas representaciones de corte teatral y carácter simbólico alusivos a la narración del nacimiento de Cristo;   las posadas mejicanas,  en cuyo desarrollo los participantes portan velas encendidas y cantan letanías mientras cargan en andas las imágenes de la Virgen María y San José.

Otras manifestaciones mundiales en la celebración de Navidad nos ubican en los árboles escandinavos pletóricos de cartuchos con semillas especialmente servidas para los pájaros;   las medias infantiles colgando en las chimeneas en los paisajes ingleses y estadounidenses,  para esperar los regalos de Santa Claus   y el famoso portal,  pesebre o nacimiento,  tradicional en los hogares de Europa y  esta nuestra amada América.

Navidad es la fiesta más intensa y más íntima de nuestros hogares.  Si el círculo de los días,  si el movimiento del año produce la dispersión,  Navidad es la unión,  el recogimiento.  Fiesta en los hombres y alegría en los pueblos;  pero ante todo,  gozosa fiesta familiar.  Las llamas acariciadoras del hogar atraen – con irresistible llamada -  a los miembros de la familia,  a los amigos,  y allí,  reunidos todos bajo el  calor del afecto cristiano,  nadie puede resistir el recuerdo de esta fiesta de bondad y amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario