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sábado, 2 de octubre de 2010

HISTORIA DE LA CANCION “NOCHE DE PAZ”

En medio de las canciones compuestas y cantadas a través de los siglos entre los pueblos cristianos,  destaca  “Noche de Paz”,  que merece ser conocida más profundamente en su emocionante historia.  Ella es,  sin duda, la más popular y difundida creación de Navidad y en el transcurso de este programa estaremos reseñando la historia de su nacimiento y propagación a todos los pueblos del mundo.

El 24 de diciembre de 1.818,   sentado en su escritorio,  el padre Joseph Mohr,  vicario cooperador de la pequeña parroquia de San Nicolás  en la aldea de Oberndorf,  en la provincia austríaca de Salzburgo,  leía silenciosamente la Biblia.   El joven vicario estaba preparando su sermón para la misa de medianoche  y buscaba la inspiración en los pasajes de aquella larga escritura de la palabra de Dios.

Concentraba el padre Mohr toda su atención en los textos bíblicos,  repasando las páginas que contenía la palabra de Dios y justo en el Nuevo testamento leía la historia de los pastores a los cuales un ángel les decía:  “ No se asusten porque les traigo una buena nueva que será de gran alegría para todo el pueblo.  En la ciudad de Belén nació hoy un Salvador que es el Cristo Señor.  Esta es la señal:  encontrarán un niño envuelto en pañales y colocado en un pesebre.”

Justamente,  cuando el joven padre Mohr estaba leyendo el pasaje bíblico del anuncio del ángel a  los pastores sobre el nacimiento de Jesús, alguien golpeó la puerta.  Interrumpido en su lectura,  se levantó y fue a abrir,  encontrándose con una joven campesina envuelta en un humilde y tosco abrigo.  La muchacha lo saludó:  “Alabado sea nuestro Señor Jesucristo”,  y luego le solicitó que la acompañara para bendecir el nacimiento de un niño,  hijo de un leñador.

El padre Mohr,  cumpliendo con su misión sacerdotal,  se puso su abrigo,  los guantes y los zapatos de nieve y acompañó a la mujer al bosque de pinos cubiertos de blanco,  mientras su pensamiento seguía en su sermón para la media noche.  Finalmente llegaron a una choza,  baja,  mal iluminada y ahumada.  Un  hombre alto y fornido lo recibió con un gesto brusco;  una señora cargaba en sus brazos al recién nacido.  El sacerdote,  extendiendo los brazos,  los estrechó a los dos.

Al regresar,  solo,  el padre Mohr se sintió bastante conmovido al recordar aquella escena de la señora que cargaba en sus brazos al recién nacido, por la semejanza con el nacimiento de Jesús.  Su pensamiento regresaba al texto bíblico,  pareciendo tener la imagen del milagro divino al frente.  Aquellos momentos quedaron profundamente grabados en su corazón,  y nada consiguió alejarlos.   Parecía que fuera un testimonio vivo y presente del nacimiento de Jesús.

Luego de celebrar la misa de gallo,  el padre Joseph Franz Mohr  regresó a casa,  pero no logró conciliar el sueño.  La escena vivida horas antes tenía cada vez más fuerza en su interior.  Se sentó frente a su escritorio tratando de rehacer lo que sentía y las palabras fueron tomando cuerpo,  suavemente,  en forma de delicados versos.    Al amanecer,  el padre Mohr vio que había escrito un poema,  Noche de Paz,  que comenzaba con las siguientes palabras:  “Noche de Paz,  noche de amor....”

Y ahora nos preguntamos:  ¿Cómo nació la música de este famoso tema navideño?  Pues bien,  Franz Xavier Gruber,  también austríaco y católico romano,  músico,  organista y maestro de música en Oberndorf,  la misma aldea del padre Nohr,  fue el autor de tan maravillosa melodía.  Durante muchos años la canción quedó circunscrita a la familia Gruber,  cantada por Franz,  su esposa María y los hijos.  Lentamente fue siendo divulgada hasta llegar a la corte de Prusia.

Y gracias al inspector del coro de la Abadía de San Pedro,  donde hoy está la ciudad de Salzburgo,  Ambrosius Prennsteiner,  el compositor fue reconocido.   Por intermedio del hijo de Gruber,  Félix,  de sólo nueve años. Prennsteiner se enteró por casualidad que Gruber era el autor de la melodía.  Junto con Félix,  fue invitado a la casa de los Gruber a comer,  y el hombre fue directamente al tema explicándole al compositor que un maestro de concierto prusiano,  Ludwig Erk,  venía directamente de Berlina, la Abadía de San Pedro, para localizar al compositor de la hermosísima canción navideña Noche de Paz.     Ah! -  respondió Gruber.  Yo la escribí hace treinta y cinco años, cuando era profesor en esta aldea.  La letra no es mía sino del fallecido padre Joseph Mohr,  que dios lo tenga en su gloria...

Y fue entonces,  cuando el propio Gruber,  con sus sesenta y seis años,  entusiasmado y al son de la guitarra,  le cantó Noche de Paz al fascinado Prennsteiner.   Rápidamente la canción se expandió por toda Europa y actualmente Noche de Paz está adaptada a más de ochenta idiomas,  y es,  sin dudas,  el mejor regalo de Austria para el mundo cristiano de todas las épocas.  Es la canción que ensortijada de forma sutil en el corazón de todos los hombres,  mujeres y niños,  pulsa los más íntimos y puros sentimientos del alma generosa en esta época de amor y bondad.

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