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sábado, 2 de octubre de 2010

LOS CANTOS NAVIDEÑOS Y LOS AGUINALDOS DEL PUEBLO VENEZOLANO

El júbilo por el nacimiento del Salvador invade la vida durante las fiestas de Navidad.    Se diría que lo transforma todo.  Los hombres se hacen niños.  Y cantan.   La humanidad se derrama en canciones, letrillas y loas.  La Iglesia tiene himnos universales,  pero pueblo y comarcas poseen,  cada uno,  sus canciones propias,  sus tonos particulares.

En España,  las canciones – letra y música – y muchos poemitas de navidad,  ya de fuente desconocida,  ya glosas y composiciones de autor cierto,  reciben el nombre de villancicos.  En  Francia se llaman “noels”,  en Inglaterra “Christmas carols”.   Los cantos navideños,  hoy menos que ayer,  son entonados en las casas de familia,  tanto en los campos como en las ciudades,  frente al Niño o a los pesebres que se levantan en todos los hogares cristianos.

En muchas partes de  Venezuela los cánticos navideños reciben el nombre de Aguinaldos,  porque los cantadores o los “pastores” recorren los pesebres y luego reciben un obsequio o aguinaldos según los casos;  pero existen  muchos otros cantos destinados al Niño Jesús que se entonan durante los diferentes festejos  que  se hacen en su honor.

Es tradición que algunos dueños de casa soliciten especialmente la concesión de que el Niño pernocte allí,  para realizar rosarios cantados y velorios.  En esa oportunidad se invitan a cantores,  que entonan a tres voces en Los llanos y en Carabobo;  tonos a dos voces en Trujillo, Portuguesa,  Lara y Yaracuy;  salves,  romances y estribillos también en dúos,  en el estado Falcón;  romances al Niño en el estado Zulia,  así como otras manifestaciones o fulías con recitado de décimas en Barlovento.

En ocasión de los velorios del Niño Jesús,  y más  a menudo durante el novenario que se celebra desde el 16 de diciembre,  en los campos se realizan rosarios cantados,  en los cuales se alternan los rezos con los cantos.  Fuentes diversas señalan que en algunos pueblos de Los Andes,  sobre todo en el Táchira,  se acostumbra que las aldeas,  municipios o diferentes asociaciones de comerciantes costeen misa y paseos que van acompañados por la banda del lugar,  o por conjuntos musicales típicos traídos de los campos.

Las manifestaciones musicales en época de Navidad en los pueblos andinos,  no han perdido aún toda la esencia de su tradición.  A veces grupos de enmascarados  recorren las calles de los pueblos,  sembrando alegría y bailando frente a las iglesias.  En otros sitios son obsequiadas composiciones literarias impresas encargadas a poetas populares,  y se reparten dulces a los niños,  todo ello sufragado por los encargados de las misas de aguinaldo.

En los pueblos de Lara y de Los Andes se organizan regiamente procesiones de Posadas,  que alcanzan su máximo esplendor en la última noche,  cuando aparecen San José y la Virgen con su burrita,  de carne y hueso,  o en imágenes sacadas de la iglesia.  Estas procesiones van de puerta en puerta,  entonando coplas alusivas a la peregrinación de la Virgen  en la noche en que iba a dar a luz.

Los llamados aguinaldos,  en sus diversas significaciones e interpretaciones,  tales como un modo de intercambiarse regalos entre las personas o como una manifestación musical polifacética,  constituyen un interesante aspecto dentro de la Navidad en Venezuela. Las nueve misas de aguinaldo,  que preceden a la  misa de Nochebuena,  recuerdan las jornadas  de María y José en la ruta de Belén.

Las misas de aguinaldo suelen ser un acontecimiento en los pueblos,  y aún en las ciudades.  En el Táchira y otros pueblos andinos,  es habitual que cada una la patrocine uno de los gremios o profesiones ( los comerciantes,  los chóferes,  los peseros o carniceros,  los funcionarios públicos,  la policía e instituciones diversas),  y que los patrocinantes o padrinos dediquen la tarde y noches anteriores a organizar desfiles,  festejos y convites,  y a despertar a los pacíficos vecinos con cohetes y triquitraques.

Así era y sigue siendo, aún cuando en menor escala,  la concepción de la música de Navidad  y  las misas de aguinaldo en los pueblos de Venezuela. En los próximos minutos seguiremos transitando por este maravilloso mundo de las tradiciones,  que por su brillantez y cándido homenaje al Niño Dios,  mantiene su vigencia en el alma de las gentes que se niegan a dejar desaparecer tan hermosas manifestaciones de nuestra identidad como pueblos cristianos.

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