La narración de los eventos siempre es importante. Pero, como es normal, cada quien cuenta los hechos de acuerdo a su óptica personal, sus creencias, prejuicios e intereses.
En los documentos bíblicos aceptados por la Iglesia , podemos encontrar en el Evangelio según San Mateo, la narración más tradicional sobre el nacimiento de Jesús.
Paralelamente existe otra, que ha sido expurgada de los textos aceptados y que forma parte de los llamados Evangelios apócrifos o de origen desconocido. Allí se cuentan los primeros milagros, hechos sobrenaturales que tienen que ver con el encuentro con la luz y la esperanza.
También son interesantes las noticias paralelas a ese evento, como puede ser el origen de los famosos reyes magos que vinieron a ser representantes de primera fila de la humanidad, así como del sentido oculto que tenían aquellos presentes que esos sabios le entregaron al Niño bajo la guía de la famosa estrella de Belén.
Las historias normalmente tienen una moraleja o enseñanza que va más allá, y que conserva el conocimiento de los siglos, un conocimiento que nos puede ayudar a redescubrir realidades profundas que se anidan en nuestro interior.
De esta aventura del género humano se abrieron los haces y se armaron las historias que nos ofrecen una esperanza y una luz al final del túnel.
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